“El RoboRail era sin duda la mejor opción que buscábamos: una máquina robusta e industrial que pudiera funcionar todos los días sin problemas”, afirma Peter Griffin. Desde su implantación, la diferencia en el flujo y la productividad del taller ha sido transformadora.

El operador del RoboRail, Charlie Maccarella, añade: “El RoboRail garantiza que cada pieza esté perfectamente cortada y marcada, lo que permite a nuestros fabricantes montar estructuras complejas como si estuvieran construyendo con Legos. No hay que pelearse con nada: todo encaja a la perfección cada vez”.

Este proceso racionalizado mejora drásticamente el rendimiento en la planta. Los montadores reciben las piezas cortadas con precisión antes de lo previsto, lo que les permite centrarse en el montaje de las estructuras sin tener que esperar el material. Charlie continúa: “Siempre es un buen día cuando me dicen que voy a estar en esto todo el día. Me encanta encontrar nuevas formas de hacer que todo se haga más rápida y eficazmente.”

Los inspectores estatales también han tomado nota de la transición en la fabricación, reconociendo a Griffin Welding por entregar las estructuras terminadas más rápido que otros en el mercado.