Formas alternativas de romper bordes en vigas
Crear una barrera contra la corrosión es esencial para prolongar la vida útil de las estructuras de acero.
Por lo tanto, la rotura de bordes se aplica para mejorar las superficies para la cobertura del revestimiento y, en última instancia, la protección contra la corrosión.
La elevada tensión superficial del revestimiento líquido arrastra la película en los bordes afilados, lo que da lugar a un grosor insuficiente del revestimiento.
El fallo del revestimiento hace que un borde sea más susceptible a la corrosión.
Las pinturas protectoras y otros revestimientos no pueden adherirse a los bordes afilados del material.
Para garantizar un revestimiento uniforme y completo en la superficie de los bordes de vigas, barras en T y barras planas, es necesario redondear primero esos bordes.
Hay dos formas habituales que utilizan los fabricantes para romper los bordes de vigas y barras: el achaflanado y el laminado.
Este último puede conseguirse de tres formas: esmerilado, fresado y redondeado de bordes por laminado realizado mediante maquinaria automatizada.
Rotura de aristas por biselado frente a redondeo de aristas
La desventaja del biselado es la creación de nuevos bordes que sigue creando el mismo efecto de disipación del revestimiento líquido por la elevada tensión superficial.
Esto hace que el redondeo de aristas sea un proceso preferible al biselado.
Las técnicas de redondeo de aristas más comunes en la práctica son las operaciones de mecanizado como el esmerilado y el fresado.
Tanto las herramientas eléctricas como la maquinaria semiautomática están disponibles para redondear cantos por mecanizado y son las más habituales en la práctica.
Examinaremos más detenidamente las tres técnicas alternativas para conseguirlo;
- Rectificado
- Fresado
- Rodando
Fresado
La muestra fresada de la imagen inferior muestra el resultado del redondeo de bordes con maquinaria semiautomática.
Es muy difícil guiar la fresadora a lo largo del borde y la fresadora no está dispuesta a perdonar ninguna desviación de posición.
El resultado es la formación de surcos no deseados.
Como puede ver, los bordes están redondeados pero un poco achaflanados y no completamente redondeados.
La imagen también muestra una hendidura.
Este proceso no garantiza un grosor constante del revestimiento.
Rectificado
La muestra esmerilada de la foto muestra el resultado del redondeo de los bordes con maquinaria semiautomática.
Los bordes están redondeados pero un poco achaflanados y no completamente redondeados.
Esta estructura biselada de la superficie es el resultado de múltiples movimientos de rectificado a lo largo del borde.
El rectificado puede crear un borde redondeado a base de múltiples chaflanes.
Esto explica por qué el borde no está completamente redondeado.
Por eso el esmerilado no garantiza un grosor constante del revestimiento.
Rodando
La tercera alternativa es el laminado.
Un laminador templado con forma redonda presiona sobre el borde para deformar el acero dulce, lo que crea unos bordes perfectamente redondeados en el material.
El rodillo se guía a sí mismo y está dispuesto a perdonar cualquier desviación de posición.
Esta técnica rápida, silenciosa y sin polvo sólo tiene un inconveniente.
La dureza del material aumenta ligeramente en el borde donde se aplica la fuerza.
Es necesario investigar para comprobar si el aumento de dureza interfiere con las normas del material.
El redondeo de bordes es una forma alternativa de romper los bordes de las vigas
Durante mucho tiempo se ha pensado que la rotura de bordes por laminación es un proceso que deforma el material y, por tanto, puede provocar microfisuras y endurecimiento, por lo que se ha evitado a menudo.
Se cree que el proceso puede afectar a las propiedades del material, que entonces no podría cumplir las normas y códigos.
Sin embargo, en caso de rotura sólo de los bordes superficiales, el volumen deformado es muy pequeño y está dentro de las normas internacionales.
